Las tradicionales procesiones que vemos en Semana Santa, se han practicado desde la antigüedad en todos los pueblos y religiones, son entendidas como un culto público a Dios.
En el Antiguo Testamento se hace referencia a las procesiones que los judíos realizaban para Pascua, Pentecostés y las fiestas de los Tabernáculos.
En los primeros siglos, los cristianos se reunían para llevar en procesión los cuerpos de los mártires hasta sus sepulcros.
Cuando Constantino se convierte en cristiano se realizan diferentes tipos de procesiones, la de las Estaciones en Roma, la peregrina Eteria en Jerusalén, en la que la comunidad en días señalados como el Domingo de Ramos, se dirigían en procesión a Lugares Santos como el Monte de los Olivos, el Calvario, etc. para conmemorar un acontecimiento de la salvación y celebrar la Eucaristía.
Poco a poco la Iglesia fue cambiando la forma de hacerlas hasta llegar a como las vemos en la actualidad.
Cuando los cristianos participamos en una procesión, lo hacemos para dar un homenaje público a Jesús, a la Virgen o a los santos.
Los penitentes o nazarenos que van en la procesión lo hacen para limpiar sus pecados y mostrar públicamente su arrepentimiento, y llevan velas como señal de que las personas debemos caminar hacia la luz que es CRISTO y pueden ser de cera o de luz eléctrica.
Las procesiones ponen de manifiesto el gran misterio de la Iglesia en constante peregrinación hacia el cielo: son un acto de culto público a Dios en el que se manifiesta externa y públicamente la fe, ayudando a la oración y a los deseos de mejorar.
Los alumnos de primero han elaborado unos penitentes muy simpáticos, aquí podemos ver su particular procesión:
BUEN TRABAJO CHIC@S!!!
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